Resumen de la conferencia Creación local/Articulación
global que José Carlos Mariátegui en el
Koldo Mitxelena Kulturunea el 7 de noviembre de 2003 dentro
la jornadas Propuestas artísticas de hoy, aquí
y allá.
José Carlos Mariátegui es científico
y teórico mediático. Presidente de ATA
(Alta Tecnología Andina) una ONG dedicada al
desarrollo e investigación en arte, ciencia y
tecnología. ATA es una referencia en el panorama
audiovisual de América Latina para todos aquellos
que intentan vincular el arte y la tecnología.
Residente en el CICV en Francia. Miembro del programa
de Filosofía y Pensamiento Científico
de la Universidad Cayetano Heredia. Coordinador general
desde 1998 del Festival Internacional de Vídeo/Arte/Electrónica
en Lima, Perú. Miembro de diversos comités
de realidad virtual, interacción, computación
y vida artificial.
La presentación intentó analizar ese
lugar híbrido que surge del intento de articulación
entre lo global y lo local, ver qué nuevas identidades
generan ese panorama inestable. La articulación
de estas propuestas intermedias que surgen desde el
ámbito híbrido localizado entre lo local
y lo global es, en su opinión, un valor fundamental
en la creación actual.
José Carlos Mariátegui comenzó
su intervención explicando que América
Latina es un territorio muy vasto con una gran dificultad
de comunicación tanto geográfica como
cultural. “Existe muy poca comunicación
en el sistema que articulamos como país y eso
se refleja de manera directa en los derechos humanos.
No alcanzamos a comprender lo que ocurre en nuestro
país”, afirmó. La violencia es un
problema de gran presencia y calado social. En el caso
de Perú 60.000 personas han muerto asesinadas
en los últimos veinte años. En opinión
de José Carlos Mariátegui la violencia
no es mas que la muestra de las desigualdades étnicas
que existen en el país. Además manifestó
la inexistencia del concepto de “nación”
en América Latina, “es un concepto que
hemos perdido”, afirmo. Según sus palabras,
muchos espacios generan la sensación de ser extranjero
en el propio país.
Las metrópolis de América Latina imitan
a las de occidente, “es un poco el sueño
de ser el otro”, en opinión de José
Carlos Mariátegui. No hay grandes diferencias
entre las urbes occidentales y las grandes metrópolis
latinoamericanas, pese a los inmensos cinturones de
pobreza que las rodean. Mientras tanto en la periferia,
en las provincias, se dan interacciones creativas ininterrumpidamente.
José Carlos Mariátegui defendió
la necesidad de replantear estas relaciones, la articulación
de la periferia con la periferia. En su opinión,
en esta tarea la importancia de la aplicación
de sistemas off-line es vital ya que a estos espacios
no llegan las nuevas tecnologías. Apuntó
también la necesidad de masificar las posibilidades
y las distintas formas de creación para así
poder resistir en la escena internacional del arte.
La globalización, el acceso masivo a la información
debe servir, en su opinión, para valerse de ella
sin imitar a occidente. “Debemos adecuarla a nuestras
necesidades. Recrear lo mismo que ya se ha planteado
antes pero con lenguajes distintos”, afirmó.
Durante la presentación mostró tres ejemplos
del uso regional y local que están haciendo los
artistas visuales en América Latina de las nuevas
tecnologías. Tres líneas de trabajo que
muestran aplicaciones locales de conceptos globales.
El primer ejemplo fue una obra del realizador peruano
Alvaro Zavala llamada Atipanakuy. La figura central
de la obra es el danzante de las tijeras, una figura
artística marginal en Perú. Es uno de
los representantes de la falta de identidad, del sentimiento
extranjero que esta tan extendido dentro del país.
Zavala en su obra se muestra crítico con respecto
a este fenómeno. En Atipanakuy vemos cómo
el danzante de las tijeras sale de un escenario de minas
para convertirse en hombre. José Carlos Mariátegui
apuntó, haciendo referencia a esta imagen, que
en Perú se está viviendo un momento de
resurgimiento de la cultura tradicional. El folklore
renace y lucha por su arte. “Aún así
cabe señalar que el danzante de las tijeras no
es purista. Es una mezcla de iconos globales y elementos
propios. Mezcla pasos de hip-hop con su propia danza
y con elementos coloniales. Se enriquece con otras culturas
manteniendo la suya” explicó.
El segundo ejemplo es, según José Carlos
Mariátegui, un ejemplo de movimiento transnacional.
Este movimiento tiene características antiglobales;
se apropia del lenguaje y la utilización que
de la imagen hacen los mass-media y lo adecua a la localidad.
Revierten la información que nos llega, principalmente
por medio de la televisión e intentan cambiarla
para dar una nueva visión. Los filtros visuales,
la utilización de la música o los fundidos
a negro sirven para transformar el mensaje inicial.
Para ilustrar estas ideas pasó dos trabajos:
Vacas de la realizadora argentina Gabriela Golder y
La Imagen de Angie Bonino.
El tercer ejemplo es lo que José Carlos Mariátegui
definió como movimiento de periferización,
utilizar estrategias globales para intentar estar en
el centro relativo. Lo que se busca es criticar el arte
establecido valiéndose de códigos occidentales.
Se mostraron dos trabajos realizados por Ivan Esquivel
y Diego Larrea que se engloban dentro de esta línea.
Ivan Esquivel critica en su trabajo el vídeo
como medio que está de moda, cómo el artista
participa en el sistema del arte.
Diego Larrea, por su parte, relaciona dos elementos
que a priori parecen difíciles de conectar como
son las bienales de arte y varias secuencias de la película
“El Padrino” de Francis Ford Coppola.
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